PLATÓN
De cepas con más de 100 años y tras maloláctica en barrica, ha permanecido durante 20 meses para conseguir una mayor longevidad sin perder frescor y alegría.
En un fondo rojo guinda, sus ribetes picotas conjugan con lágrima densa de caída lenta.
Las sutiles notas a toffee, monte bajo, cedro, queso curado, café y cacao no solapan los aromas a mora silvestre y ciruela confitada característicos de la Tinta de Toro.
En boca se presenta como un vino potente que refleja el terruño, con una gran untuosidad y una retronasal de bombón de licor y cacao que acompaña a un recuerdo muy largo que invita a un segundo trago.
Debido a su gran estructura, acompañará perfectamente a guisos muy contundentes, carnes rojas y caza.
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